Evolución del desarrollo por edades

Cada niño tiene su propio temperamento, estilo de aprendizaje, patrón y tiempo de crecimiento. Sin embargo, los estudios e investigaciones permiten identificar las etapas del desarrollo infantil y las conductas que el niño o niña realiza en cada una de ellas.
Estos conocimientos son de vital importancia para los padres pues les permite saber cuáles son las áreas que se deben estimular en el niño por ser deficitarias o si nuestro hijo se está desarrollando normalmente o de una manera avanzada para su edad. A continuación les mostramos los aspectos más relevantes en cada una de sus etapas:

Desarrollo psicológico del niño de 4 a 5 años

A esta edad sigue disfrutando con las actividades físicas (trepar, columpiarse, deslizarse,…); aunque su juego es todo movimiento, combinará éste con actividades más tranquilas. Dedica más tiempo continuado a una sola tarea.Muestra mayor autonomía, tanto a nivel motriz como afectivo.
Va perfeccionando su habilidad manual.
En su juego se refleja mucho la gran imaginación que tiene llegando a confundir lo real con lo irreal. Los temores que puede llegar a sentir de forma más acusada suelen ser producto de su imaginación. Demuestra sus miedos; son miedos específicos: a la oscuridad, a los animales,…
Se refleja claramente en su juego lo que llamamos «juego simbólico», que es aquel en el que el niño asigna a cada objeto o juguete de su actividad un papel o rol; a través de este juego, el niño expresará sus conflictos internos, sus deseos y miedos…Observar este tipo de juego puede ser de gran ayuda para conocer cómo vive el niño lo que ocurre a su alrededor.
Por lo general, le cuesta compartir sus juguetes con otros niños o necesita llevarlos consigo adonde vaya.
Son muy sociables; aun cuando realicen una actividad individual junto a otro niño, suele ir conversando con aquel.
Son muy habladores y preguntones (los famosos e inacabables «por qué» ), que ya se inician en el año anterior.
Lenguaje y memoria se desarrollan mucho a esta edad.
En el lenguaje apenas comete errores; se acerca casi totalmente al lenguaje adulto. Si se detectan sería signo de alarma y motivo de consulta con el especialista infantil. No debe abandonarse la evolución del trastorno al azar; es conveniente reeducar el lenguaje del niño antes de que se inicie en el aprendizaje de la lecto-escritura, pues se agravaría su problema.
En cuanto a la memoria, no olvidemos que retendrá siempre con más facilidad aquello que sea de su interés y ahora lo hará claramente.
Hay una gran necesidad de afirmarse como persona: ahora es capaz de imitar a los adultos en muchas cosas. La identificación con éstos va a ser fundamental en su evolución. Generalmente, se identificará con el progenitor del mismo sexo, lo cual ayudará a niño a aceptar su propio sexo. Si faltase dicho progenitor debería fomentarse la identificación con otro adulto del mismo sexo que el niño. Otras identificaciones complementarias (con hermanos, abuelos, maestros,…) contribuirán a acabar de perfilar las características del niño/a; estas últimas explicarían la diversidad de caracteres entre hermanos.
Alrededor de los 4 años, descubrirá de forma natural la diferencia anatómica entre los diferentes sexos, y será uno de los intereses presentes. Intentará verificar cada vez que le sea posible esas diferencias, tanto con otros niños como con sus padres. Será algo natural el hacerlo.
En el dibujo de la figura humana, es capaz de representar aquellas partes del cuerpo que conoce bien; a medida que vaya conociendo más, irá completando su dibujo.

Desarrollo psicológico del niño de 5 a 6 años

Esta es una edad fácil, más conformista. Los conocimientos adquiridos hasta ahora se organizan y solidifican.
Su motricidad es ahora más tranquila, lo cual le permite también disfrutar en espacios reducidos (el año anterior aún necesitaba espacios grandes). Su motricidad sigue perfeccionándose.
El niño expresará en sus dibujos lo que se conoce como «realismo intelectual», es decir, lo que dibuja no es la realidad (objetivamente hablando), sino los objetos tal y como son para él (lo que él sabe de ese objeto). Así observaremos transparencias entre un objeto y otro, desproporciones, falta de planos,…
El niño expresará con sus dibujos lo que no puede expresar de otro modo.
En el juego, se observan diferentes intereses según se trate de niños o niñas.
Aparecen los amigos inseparables de su mismo sexo.
Importante en esta edad, es que la lateralidad o predominio del lado derecho o izquierdo (de mano, ojo y pie), suele estar bastante definida. Utilizará más y será más hábil con su mano dominante, sea una u otra.
Este proceso se va completando hasta los 6 años, pero ya se ha de ir definiendo, pues ha de estar claro antes de que se produzca el aprendizaje de la lectoescritura.
Una lateralidad poco clara complicará los aprendizajes y repercutirá en otras áreas de su vida. En estos casos, se le debe ayudar a lateralizarse, descubriendo cuál es su lado dominante.
Todavía no reconoce la derecha e izquierda en el cuerpo del otro.
Si se detectan defectos de pronunciación en el lenguaje será conveniente consultar a un especialista infantil.
Le gustan mucho los cuentos, pues aunque aún no sabe leer pasa largos ratos mirando los dibujos.
Le gusta terminar lo que ha empezado, tanto en el juego como en la conversación. Le molesta dejar algo a medias.
Se encuentra en una actitud muy receptiva, en la que el mundo externo es muy importante.
Los niños de esta edad son muy diferentes los unos de los otros.

Desarrollo psicológico del niño de 6 a 7 años

Hay cambios bruscos. Es una edad algo difícil.
Se muestra hipersensible, susceptible e irritable. Habrá que cuidar mucho las reacciones ante sus acciones o sus errores.
Se espera más de él. Las exigencias sobre él son mayores.
Se producen cambios en el organismo: caen los dientes de leche y empiezan a salir los primeros molares definitivos. Todo el organismo se hace hipersensible: son frecuentes las molestias físicas de anginas, pies y piernas, fatiga,… se le darán los cuidados que precise, pero sin demasiadas contemplaciones, pues se favorecería la fragilidad.
El ejercicio y una buena alimentación le ayudarán.
Se observan bruscos cambios de humor que le hacen rechazarlo todo y no querer nada, seguido de arrepentimientos y acercamiento social.
Hay nuevos progresos motrices: en su juego hay un gran derroche físico. Se distrae fácilmente: su impulsividad le hace no percibir los peligros.
El niño de esta edad continúa sometido a lo que percibe de forma inmediata, y esa percepción aún no es capaz de corregirla mediante el razonamiento lógico (de la misma forma que lo viene haciendo en los tres últimos años).
El niño de esta edad iniciará su etapa en la escuela, muy distinta a la que era en preescolar: ahora se enfrentará a más exigencias,… Se le intentará facilitar esta adaptación: se le preparará hablando con él sobre lo que le espera (dónde irá, con quién, qué hará,…).
El principal objetivo del curso será el aprendizaje de la lecto-escritura. Si el niño está maduro para ello, en poco tiempo aprenderá. para ello deberán darse una serie de condiciones:

  • un dominio suficiente del lenguaje hablado (que distinga sonidos, palabra,…)
  • que su inteligencia se encuentre ya en el nivel analítico, es decir, que sea capaz de aislar y diferenciar formas, componer y descomponer grupos de letras,…
  • una buena lateralización
  • buena organización del espacio y del tiempo
  • una visión y audición dentro de la normalidad
  • buena psicomotricidad

Es importante no forzar al niño a iniciarse en la lectura, por el hecho de tener 6 años.
Tendrán que revisarse las condiciones mencionadas, y trabajar la o las que falten, para que más adelante pueda darse dicho aprendizaje sin problemas.
Forzar al niño y dramatizar su fracaso en la lectura, sólo provocaría en él un rechazo total hacia todo lo relacionado con la lectura, y por extensión a otras asignaturas, viéndose así afectado su éxito escolar.
El cálculo será el otro aprendizaje importante del curso: clasificar, ordenar, aprender las series de números,… Para ello, se requerirán las mismas condiciones que para la lectoescritura.
Con frecuencia a esta edad se da una nueva fase de «por qué».
Sabe conversar con fluidez.
Muestra interés por los cuentos clásicos, y por la naturaleza, los animales, las plantas,… Conoce algunos de estos cuentos de memoria y es capaz de contarlos.

Desarrollo psicológico del niño de 7 a 8 años

El niño de 7 años se muestra más tranquilo que en el año anterior, se mueve menos. Controla más su comportamiento.
Muchos de los hábitos los realiza ya sólo: lavarse, vestirse,… pero aún precisa ayuda para hacer correctamente otros como bañarse,…
Conoce las distintas partes de su cuerpo y de sus articulaciones (codos, rodillas, cadera,…).
Distingue con claridad el lado derecho y el izquierdo, tanto sobre sí mismo como en relación a otros.
Si no es así, se verán complicados los demás aprendizajes escolares, tal y como hemos indicado en anteriores edades.
A nivel de inteligencia, hay un importante cambio: alcanza las llamadas «operaciones concretas». Ello significa que se pasa a la reflexión y la comprensión lógica de las cosas; empieza a poder ponerse en el punto de vista del otro.
Disminuye, en contrapartida, el pensamiento mágico.
El niño de esta edad sabe clasificar y hacer series, así como establecer correlaciones entre 2 o más series de objetos.
Se desarrolla más la conciencia de sí mismo y la de la conciencia moral. Se siente más responsable de sus acciones y de sus cosas.
Participa en el juego de los compañeros de su edad, respetando las reglas establecidas. Este espíritu de participación y cooperación se hará notar también en al familia; será un buen momento para favorecer y fomentar sus iniciativas.
Domina mejor sus emociones delante de los demás, así como sus miedos.
Muestra más pudor en mostrar su cuerpo; no le gusta desvestirse delante de otras personas. Asimismo expresa gran interés por todo lo relacionado con el cuerpo (embarazo, nacimiento, cambios,…).
A esta edad, el niño debe haber aceptado el sexo al que pertenece, identificándose con el progenitor de su mismo sexo. Normalmente, esto ya se produce en torno a los 4-5 años.
Se propiciará realizar actividades conjuntas que les haga tener cierta complicidad.
Ante todo, para contribuir a su progresiva madurez, se fomentará el deseo de hacerse adulto y de reafirmarse como persona.

 Desarrollo psicológico del niño de 8 a 9 años

Los niveles de madurez, las experiencias y las condiciones familiares marcarán la variabilidad en los niños de esta edad.
El niño de 8 años se comporta de forma más independiente, y muestra mayor flexibilidad en sus relaciones, pues lo hace con diferentes personas de su grupo.
Se siente más seguro de sí, y ello le hace acercarse a las cosas también con más seguridad, deseando para sí mismo un trato de mayor proximidad al mundo adulto.
Esta seguridad le hará probar verdaderas acrobacias físicas, ante las que mostrar sus habilidades; de ahí, que haya que educarle en la prudencia para evitar peligros innecesarios (facilitar que se sepa proteger a sí mismo).
Es un buen momento, por ello para insistir en la práctica de algún deporte (danza, natación, …), pues le ayudará a descargar su exceso de energía, beneficiando su equilibrio y el control de sí mismo

La responsabilidad de sus actos se va desarrollando cada vez más, lo cual provocará un menor número de situaciones conflictivas
Muestra gran interés por todos los fenómenos de la naturaleza, curiosidad que hay que aprovechar para hacerle avanzar en sus aprendizajes y en el conocimiento dle mundo que le rodea.
Se interesará, asimismo, por la información de tipo sexual.
El niño de esta edad es capaz de contemplar una situación desde distintos puntos de vista. Se iniciará en el concepto de la «relatividad» de las cosas.
Se desarrolla su razonamiento lógico. Ello le llevará a intervenir y discutir más sobre las explicaciones de los adultos. Va a ir desarrollando su espíritu crítico.
Hay una tendencia a expresarse verbalmente con gran facilidad.
Colabora y participa más en las tareas de casa. Es un buen momento para asignarle tareas que pueda desarrollar sin problema, y que le hagan sentirse útil.
Es muy importante tener presente que para que el niño se desarrolle adecuadamente ha de vivir en un ambiente tranquilo y no inquietante.
La participación es algo muy intenso a esta edad
Será signo de alerta y motivo de consulta el observar un niño que no participa en las actividades, que se aísla por miedo, … pues algo está ocurriendo.

Desarrollo psicológico del niño de 9 a 10 años

Se compara constantemente con los demás para autoanalizarse y valorar su aceptación social.
Se va configurando su personalidad. Ya se van viendo con claridad sus cualidades y actitudes.
La autoridad de los padres deja su protagonismo para dejar espacio a la propia autoridad interna del niño que cada vez le irá guiando más en sus acciones. Necesita decidir por sí mismo cómo actuar. No le gusta que el padre reaccione con autoridad excesiva, aplicando la ley del más fuerte.
Muestra entusiasmo por las cosas y una gran cantidad de energía física, lo cual hace aconsejar la práctica de algún deporte que facilitará la descarga y el autodominio.
A esta edad el niño suele comer bien. El rechazo o la voracidad hacia la comida adoptará nuevamente un significado afectivo; será una forma de oposición a los padres. A veces, el conflicto viene de muy lejos, de los primeros años de infancia.
Tras un período de juego y de actividad «desenfrenada» es conveniente dejar unos momentos intermedios de calma antes de exigir al niño concentración para realizar alguna tarea escolar; pues la excitación de los momentos anteriores podría impedírselo. Debe haber un tiempo de recuperación de autocontrol.
Su memoria visual está más desarrollada que la auditiva; retener información oral le costará más que la información que ve escrita.
Se intentará que mantenga interés por todas las materias escolares, apoyándole ante las que muestre mayor dificultad. Esto le ayudará a disminuir o el fracaso escolar y a mantener el interés por aprender cosas nuevas.
Si se observa un cambio negativo, de fracaso escolar, en un niño que siempre ha salido exitoso, hay que intervenir de forma inmediata a través de un psicólogo infantil que analice e intervenga sobre lo que está ocurriendo, ya que esta situación podría condicionar el resto de su vida escolar.
En cuanto al desarrollo de su inteligencia, destacaríamos avances, como:saber contar sin utilizar los dedos

  • solucionar problemas matemáticos, en los que se combinen diferentes operaciones
  • comprende la relación causa-efecto
  • es capaz de razonar, analizar y extraer conclusiones, pero sobre hechos o cosas concretas; aún no puede hacerlo en abstracto

Es importante no basar la educación del niño en el aislamiento social, sino favorecer la relación con otros niños.