Precauciones con el ejercicio físico infantil

¿Dónde están los riesgos?

Si la actividad física supera los límites máximos permitidos, se realiza con cargas excesivas y/o se adoptan posiciones y ejecuciones incorrectas, podría tener efectos negativos.
Es muy importante que el deporte infantil y la actividad física de base sean impartidos por técnicos, educadores, profesores entrenadores, etc. suficientemente formados y especializados que sean capaces de adaptar la actividad física, el deporte y los juegos a las necesidades y capacidades de cada edad y de cada individuo.
Evitaremos así caer en posibles errores que puedan interferir negativamente en el desarrollo y crecimiento del niño o causarle lesiones que posteriormente tendrán difícil corrección.

Dolor músculo-esquelético en el niño

El dolor en el niño se puede clasificar en:
1. Dolores no articulares o «dolores de crecimiento».
2. Dolores por trastornos ortopédicos. ( pie plano, etc.)
3. Dolores articulares: sinovitis, artritis.
4. Dolores por traumatismos.
5. Otras enfermedades no ortopédicas. Ejemplo: dermatomiositis, fiebre reumática, etc.
Con respecto a los dolores de crecimiento veremos que desde el punto de vista anatómico, lo que crece -es decir, aumenta de volumen-, son las masas óseas (huesos), y al aumentar de tamaño, generan en los músculos un «estirón«, lo que constituye el estímulo para que aumente la masa muscular, que es la verdadera causa del dolor.

Existen ciertas características que orientan al especialista acerca de las causas del dolor, así vemos que los dolores de crecimiento se presentan principalmente de noche, habitualmente en muslos, pantorrillas, por detrás de las rodillas y, en ocasiones, en los brazos, especialmente en los días en que el niño ha tenido mucha actividad física.
Habitualmente el masaje de las extremidades o la aplicación de calor proporciona alivio sintomático. Si no calma, se pueden administrar analgésicos comunes, tipo paracetamol, siempre bajo la supervisión de su médico.
Como el niño no crece en forma constante -es decir, diariamente- pueden pasar periodos variables de tiempo (1 a 3 meses), en que no presente dolor y de forma súbita reaparezca el dolor. Esto es debido a que «comienza» nuevamente el estímulo para crecer.
Los dolores de crecimiento son «bilaterales«, es decir, ocurren en ambos lados del cuerpo, aunque no siempre de forma simétrica.

Consideraciones finales

  • La habilidad aumenta durante los primeros 18 años de vida.
  • La fuerza mejora cuando la masa muscular aumenta con la edad.
  • La capacidad del niño para llevar a cabo esfuerzos máximos es limitada.
  • Los niños sudan menos y tienen menor capacidad de liberar calor con una disminución de su adaptación a ambientes calurosos.
  • Sin embargo, pierden más calor por conducción y sufren más riesgos de hipotermia en ambientes fríos.
  • Debe emplearse un enfoque conservador para los niños que hacen ejercicio con temperaturas extremas.
  • Se prohíbe la competición de fuerza en los prepúberes aunque sí se pueden realizar entrenamientos de resistencia, si se ha superado un reconocimiento médico que valore la madurez del niño, tanto física como emocionalmente. Esto último es básico para que pueda aceptar las directrices de sus instructores.
  • La prueba de esfuerzo es conveniente desde los 10 años y una vez al año como mínimo.
  • El control de las pulsaciones, desde los 10 años durante la realización del deporte y tras los datos de la prueba de esfuerzo, aumentará la calidad de vida del prepúber y su satisfacción personal en el esfuerzo físico.